El 18 día de Alianza
Enviado por efranco el Mié, 09/03/2011 - 14:10.
Autor:
Fanny y Angel Daniel Cada día 18 nos recuerda lo que significa ser schoenstattianos. La Alianza de Amor con María es la forma original que tiene Schoenstatt de vivir la alianza bautismal. En ella se expresa y se garantiza nuestra alianza con la Santísima Trinidad. Entendida así, es “la fuente de la vitalidad y el centro de la espiritualidad de Schoenstatt”, el corazón de Schoenstatt.
El amor a María, expresado en esta Alianza, se transforma en el medio más rápido y seguro de vivir en un contacto vivo y permanente con el Dios de nuestra vida y de nuestra historia. Por la Alianza de Amor nos convertimos en “Familia”, pues todos los que sellan la Alianza se saben y siente hijos de María y, por ello, hermanos entre sí.
De esta Alianza de Amor, vivida en profundidad, nace también una fuerte conciencia de misión; lleva a quienes la sellan a convertirse en eficaces instrumentos en manos de María, para colaborar con ella en la renovación religioso-moral del mundo. Por esta Alianza de Amor, Schoenstatt realiza su compromiso de construir la historia en dependencia y contacto filial, libre y total con Cristo, el Señor de la historia, a través de María, su Colaboradora permanente.
Para la Familia de Schoenstatt esta Alianza de Amor es la esencia y el núcleo de su vida. Nos admiramos al constatar que en todas partes del mundo lo que mueve e inspira nuestras acciones, la fuente de nuestra fecundidad y la forma concreta de vivir nuestro seguimiento de Cristo es la profunda fe en la realidad de la Alianza de Amor con María.
Los días de Alianza son especiales, tienen su encanto. Es una fecha que lleva a recordar a cada schoenstattiano la historia personal que tiene con la Mater y con el Padre Kentenich. Y cada día 18 nos acerca más a los 100 años de esta Obra que iniciara el Padre Fundador en 1914, convencidos de que Schoenstatt debe pisar cada día más fuerte en la búsqueda de hombres nuevos, y conscientes de que cada uno es heredero de esta gran misión con fuerza y en una sola voz decimos:
¡Tu Alianza nuestra misión!
Se trata de un día de recuerdo y de renovación de aquella alianza de Amor sellada el 18 de octubre de 1914 por el Padre Kentenich con la Sma. Virgen en la antigua Capillita de San Miguel, en el valle de Schoenstatt. Un día de recuerdo. Que necesario es “parar”, periódicamente, en nuestro diario trajinar, para elevarnos por encima de los problemas cotidianos y recordar los grandes hechos obrados por el Señor en favor nuestro. Si contemplamos lo que surgió a partir de ese día y ese lugar en Alemania, comprenderemos cuán ciertas eran las palabras que el Padre Kentenich escribía para el 18 de octubre de 1939: “Simplemente Ella es el don que la sabiduría, bondad y omnipotencia divina ha querido regalar, de un modo especial, aquel 18 de octubre de 1914 a nuestra Familia y, por su intermedio, nuevamente al mundo entero”.
Día de recuerdo, pero a la vez, un día de renovación. ¿Quién no comprende que, en este mundo, todo aquello que no se renueva constantemente, con el tiempo tiende a decaer, bajo el influjo de una inexorable ley de “gravedad espiritual”? Cada día 18 queremos renovar la Alianza de amor que un dia sellamos con la Sma. Virgen, la Madre, Reina y Victoriosa Tres Admirable de Schoenstatt. Le ofrecemos todo lo que pudimos hacer para su “capital de gracias” durante el mes transcurrido, y ponemos en sus manos y en su corazón el mes siguiente. Al hacerlos así, María renueva también la Alianza que ha sellado con nosotros, ya que ésta tiene un carácter mutuo, recíproco.
Para nosotros nada ocurre por casualidad. Nada existe que no tenga algún sentido. Lo entregamos todo –de modo particular aquello más difícil, aquello que más nos cuesta- para el “Capital de gracias” del Santuario. Sabemos también que María es fiel a la Alianza que ha sellado con nosotros. Esto nos hace experimentar un profundo cobijamiento en su Corazón Inmaculado, en el corazón de Dios. “Yo creo firmemente que nunca perece quien permanece fiel a su Alianza de Amor”.
Peregrinemos al Santuario cada día 18 para celebrar y renovar la Alianza de Amor. Digámosle a Ella: Mater, aquí estamos. Y Ella nos dice a nosotros, a cada uno y cada una de nosotros: Sí, hijo mío, hija mía, estoy aquí para ti. Es la experiencia del Tabor que podemos revivir siempre de nuevo en el Santuario: “¡Qué bien estamos aquí!”. Aquí estamos en casa, y al mismo tiempo en lo que para nosotros, como schoenstattianos, es la piedra angular del mundo, el centro del mundo. Pertenecemos a este lugar, pertenecemos a María, pertenecemos al Santuario, y María nos pertenece a nosotros, el Santuario nos pertenece a nosotros. Totus tuus –todo tuyo- todo nuestro. Es el secreto de la alianza de Amor. “Todas mis fuentes están en ti” (Salmo 87,7).
Cuando cada 18 peregrinemos al Santuario para celebrar y renovar la Alianza de Amor, imploremos para toda la familia de Schoenstatt, este estar poseídos por Dios y por la misión, para que podamos testimoniar ante la Iglesia y el mundo la belleza de vivir la Alianza de Amor y de compartirla. Que esta alegría profunda en Schoenstatt sea nuestra fuerza y testimonio.
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