Juan Pablo II: "En la medida del corazón de Cristo"
Pastoral de separados en segunda unión Desde el Movimiento Apostólico de Schoenstatt existe un servicio para las personas separadas en nueva unión, llamado la “Pastoral de la Esperanza”, integrado por matrimonios que realizan reuniones, brindan consejería y reciben asesoramiento y acompañamiento espiritual, para encaminar el amor familiar. El Movimiento Apostólico de Schoenstatt –a partir de su obra de familias– ve la necesidad de una pastoral evangelizadora “para quienes han roto sus vínculos matrimoniales y luego formaron una segunda unión, desde el punto de vista de que la Iglesia no puede permanecer indiferente y que tiene como misión conducir a la salvación de todos los bautizados, sin establecer diferencias entre quienes siguen fieles a su compromiso matrimonial y quienes han roto dicho vínculo e incluso han pasado a nuevas nupcias”. Esta pastoral integra el grupo Tembiaporá, que recientemente realizó la Alianza de Amor, primer grupo de separados en nueva unión que llega a esta instancia, luego de pasar por un proceso de formación en la pedagogía “schoenstattiana”. Ellos quieren hacer conocer la oportunidad que tienen las personas que están en estas condiciones de acceder a los servicios que ofrece el Movimiento de Schoenstatt, integrado por Sonia Oviedo (0981 458-914), Víctor Domínguez (0981 443-734), Rolf Huber (0981 173-230), Bernardino Portillo (0981 401-061), entre otros. Explica Bernardino Portillo que la Pastoral de Separados en Nueva Unión “tiene como objetivo principal ayudar a nuestros hermanos católicos a vivir su compromiso cristiano dentro de la Iglesia, a fin de obtener su salvación”. Además, “acompañarlos a vivir unidos a Cristo, participando de las actividades dentro de la Iglesia”. Refieren desde esta agrupación que “Schoenstatt quiere mostrarles a los Separados en Nueva Unión (SENU), nuestros hermanos, que son tan hijos de Dios como antes del rompimiento. Que la pequeñez conocida y reconocida les abrirá caminos inéditos de crecimiento espiritual”. En ese sentido tienen como base “Familiares Consortio”, del papa Juan Pablo II, donde se detalla que “la solicitud pastoral de la Iglesia no se limitará solamente a las familias cristianas más cercanas, sino que, ampliando los propios horizontes en la medida del corazón de Cristo, se mostrará más viva aún hacia el conjunto de familias en general, y en particular hacia aquellas que se hallan en situaciones difíciles e irregulares. Para todas ellas la Iglesia tendrá palabras de verdad, de bondad, de comprensión, de esperanza, de viva participación en sus dificultades a veces dramáticas; ofrecerá a todos su ayuda desinteresada, a fin de que puedan acercarse al modelo de familia que ha querido el creador desde el principio y que Cristo ha renovado con su gracia redentora”. En este documento, el papa Juan Pablo II dice también: “La acción pastoral de la Iglesia debe ser progresiva, incluso en el sentido de que debe seguir a la familia, acompañándola paso a paso, en las diversas etapas de su formación y desarrollo”. cmedina@abc.com.py
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