Nuestro Camino de Santidad
Enviado por nataliadv el Mar, 22/09/2015 - 16:38.
Autor:
Pastoral de la Esperanza, Santuario Joven Citas que nos iluminan:
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
1º ¿Cuál es el inicio de nuestra vida cristiana?
Dos discípulos de Juan Bautista escuchan de pronto, que su maestro al ver que pasa Jesús cerca de ellos, les indica quien es el Cordero de Dios. “Juan se
encontraba con dos de sus discípulos. Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: ese es el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Este se volvió y al ver que lo seguían les pregunto: ¿Qué buscan? Le contestaron, Rabbí, ¿dónde vives? Jesús les dijo: Vengan y vean. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él aquel día”. Juan 1, 35 Jesús no les pasó un cuestionario de santidad… les invito a que lo conocieran. Tiempo después los elige como apóstoles: uno era Andrés, que va a conquistar a su hermano Simón, Pedro y el otro, probablemente era Juan el autor de ese evangelio que siempre oculta su nombre… También tras el apodo de discípulo amado. Jesús está siempre dispuesto a invitarnos. El hijo de Dios se hizo hombre para estar cerca nuestro y elegirnos bien personalmente, sabiendo quienes somos, en qué situación estamos. Como SENU sabemos que estamos en
situación irregular, es decir, fuera de la regla. Pero no fuera de su amor que supera toda frontera.
En sentido propio, sólo Dios es santo = sagrado, consagrado… No es extraño, que por ser Dios la plenitud de todo bien, quiera regalar su propia esencia a los
que creó a su imagen y semejanza. Lo que es bueno busca difundirse, regalarse. De ahí su misericordia = se le estremecen sus entrañas de padre ante
el sufrimiento del hijo o su lejanía de la casa paterna y busca por todos los medios su redención, su elevación, su plenitud de vida. Sabe que todos somos pecadores y que necesitamos su abrazo que perdona, acoge.
“Yo soy el que soy” es la definición de Jahwe cuando Moisés le pregunta por su nombre. No le falta nada de vida. El es plenitud, es el todo santo y quiere
compartirlo con nosotros. Para ello envía a su hijo para que nos revele = manifieste lo que nos ama, lo que anhela que seamos: hijos engendrados por El y llamados a su plenitud de vida. Sean santos como el Padre celestial es santo. Mt. 5,48 Nos transfiere su vida, su felicidad, su paz. Nos llama a las bienaventuranzas. “Vengan hijos de mi Padre a poseer la herencia que les está destinada. Porque tuve hambre y me dieron de comer, sed y me dieron de beber, desnudo y me vistieron… Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación.1 Tes 4,3; Ef 1,4
La aventura de la santidad comienza con un «sí» de Dios y con nuestro sí a Dios. Juan Pablo II
La santidad consiste en estar siempre alegres. San Juan Bosco El secreto de la santidad consiste en no cansarnos nunca, de estar empezando siempre.
2º ¿Cómo será el examen final de nuestra vida?
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria. Todas las naciones serán llevadas a su presencia y
separará a unos de otros… Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: Vengan, benditos de mi Padre y tomen posesión del reino que ha sido preparado
para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, sed y me dieron de ver. Fui forastero y me recibieron en su casa. Anduve
sin ropas y me vistieron. Enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver” Mt 25,31-36
El cielo está destinado al que cumple con el amor al prójimo: tuve hambre y me distes de comer…y a los más pequeños, a los que se hagan como un niño
pequeño. Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo que el que no reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él”. Lc, 18,16 Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y los aliviaré.
Carguen con mi yugo y aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón y sus almas encontrarán reposo. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana. Lc, 11, 28-30
Los fariseos, los religiosos de entonces y los escribas, los teólogos, reciben, al contrario, una y otra vez la durísima advertencia de Jesús porque ya creen tener
comprado el cielo sólo por lo que saben y por el prestigio que les regala la gente. Pero les falta el amor.
3º Aplicación a nuestra pastoral de la Esperanza
Nacimos hace 8 años. Significó un aporte valioso y muy destacado por Mons. Cuquejo. Su recomendación fue que ayudáramos a que la nueva unión se
fortalezca y que no haya un nuevo fracazo. Y el Papa Francisco insiste en que apoyemos fuertemente el crecimiento espiritual de los Senu.
Empezamos el primer año posjubileo de Schoenstatt, quizás el movimiento más antiguo de la Iglesia que surge por una inspiración del P. Kentenich. El cree
interpretar, a través de diversas señales, que María quiere tomar posesión de la capillita abandonada, convertirla en cuna de santos derramando ahí tres gracias
que nos santifican:
- Encontrar hogar en el corazón de María, cuya mirada nos conquista e invita a que entremos a su corazón;
- La gracia de la transformación, para que seamos santos;
- La gracia de de ser fecundos regalando estas mismas gracias que recibimos a otros.
Así caminamos por la vida con mucho Espíritu Santo en el alma, desde el santuario que nos regala todo lo necesario para poner a Dios nuevamente en
nuestro corazón. Allí María nos dice: Yo me estableceré en medio de uds. De uds espero el Capital de gracias que son nuestros actos de amor: la oración que nos une en alianza con nuestro Padre Dios y nuestros sacrificios para amarnos, respetarnos, valorar a los que comparten sus vidas conmigo.
El P. Kentenich decía: El concilio Vaticano II ha sido decisivo para el hoy y mañana de la Iglesia y del mundo. Pero acabó cuando recién empezaba a iluminar
el camino que palanquee el mundo presente. No pudo dar más pasos, porque todo era demasiado nuevo. El mundo nuevo estaba en pañales.
Pero Dios se había anticipado con otra iniciativa: Schoenstatt. Una iniciativa de Dios de poner en primer plano el vivir en alianza con María y que eso nos lleve a
una alianza de Amor llena del Espíritu divino con el Dios santo. Se aplicaron herramientas adecuadas para que nos llenemos de lo divino.
Desde el santuario ser testimonio de santidad dice el objetivo que nos hemos propuesto como tarea para los próximos años. Dios es santo y quiere que sus
hijos hereden y desarrollen ese ADN que nos regaló. Ser alma del mundo será sólo posible siendo santos. Dios es amor y es también nuestro ADN. Justamente
el mundo moderno ha perdido la capacidad de vincularse los unos con los otros, ser familia, escucharse, interesarse, estar dispuesto a disimular las faltas de los
que nos rodean, amables siempre. Hoy nos queremos divertir o pelear. Divertirse es apartarse, dar un giro hacia la dirección opuesta. Por eso el ruido que aturde o el alcohol que me confunde. A la vez está en el orden del día la violencia, la discordia.
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